Sobre "Dos mentes en armonía" de Shi KeTraucido desde el inglés por Shi Chuan Fa No sabemos con exactitud cuándo lo dibujó Shi Ke. El día, no fijado por coordenadas, amblea en algún lugar del calendario del siglo décimo. Pero debió ser un día soleado porque hay un historia que nos dice que el maestro, preparándose para ejecutar las pinceladas principales de su composición, cogió un puñado de hierba seca, hizo con él un pincel, y dio vueltas a este en la cubeta de tinta hasta que estuvo lo bastante suave como para cumplir los requerimientos del papel de arroz. Si miramos cuidadosamente podemos ver al monje dormitando en suave cadencia con el tranquilo ronroneo del tigre. Shi Ke llamó al trabajo "Dos mentes en armonía" ¿Qué estaba intentando decirnos cuando dio vida a esta tierna y adormecida pareja? ¿Qué más vemos? En un primer examen descubrimos que las dos figuras están dispuestas para sugerir la posición "de guardia" de las manos del artista marcial: la mano derecha está recogida en un puño y la izquierda descansa tranquilamente sobre ella. El conjunto se sostiene a la altura del pecho. La configuración es un antiguo diagrama de polaridad: Yin/Yang, Shakti/Shiva. El Poder y la Ley que el Poder Obedece. El puño es poder, emoción - movimiento hacia fuera. La mano que hace de manto es la ley, la inteligencia - el gobierno interno de la razón, una posición que le recuerda al artista marcial que su fuerza siempre debe estar controlada por la mente. ¿Qué le sucede a esta configuración de manos Yin/Yang cuando el hombre que está preparado para el combate se convierte en el hombre que reposa en meditación? Así como la función es revertida, lo mismo ocurre con la posición de las manos: la manos abrazadas simplemente se invierten con un rotación de 180 grados y se relajan tranquilamente, la mano izquierda pasa de contener a sustentar y la mano derecha de puño a copa - un cuenco de limosnas espiritual. Pero la configuración Yin/Yang que aquí se sugiere no es ni la del combate ni la de la meditación, ya que ambas actividades requieren de una conciencia alerta.; y el monje y el tigre, en este abrazo entre el Yin y el Yang, están adormecidos como una unidad en gozoso olvido. Una vez más, ¿qué nos está intentando decir Shi Ke? Sabemos que en nuestras cotidianas vidas de cortar madera y llevar agua debemos mantener un equilibrio entre la emoción y la razón, los intereses del eros y del logos. Sabemos que no podemos tener una actuación armónica si favorecemos a un miembro del dueto en perjuicio del otro. La armonía del monje y del tigre no ha sido alcanzada, añadámoslo rápidamente, por la victoria de alguna jactanciosa naturaleza humana superior sobre una igualmente mal etiquetada naturaleza animal inferior. Los perros pueden ser más leales que los hombres; los gatos más afectivos que las mujeres. Todos nosotros mejoraríamos en compañía de lobos. Tampoco podemos suponer que el dibujo transmite la idea de una hegemonía sexual: un hombre gobernando alguna clase de estado de mujeres vasallas, Creativo sobre Receptivo. La ciencia nos ha llevado más allá de creer que el "semental" pone la "semilla", proporcionando un zigoto prêt-à-porter que solo necesita el conveniente depósito nutricional femenino. El concepto de Yin y Yang no admite una interpretación tan fácil. Si fuera este un significado pretendido, el Hexagrama 12 (Cielo sobre Tierra) sería deseable; pero no lo es. Indica No Progreso... Desunión... Obstrucción. Y la mano izquierda o "siniestra" sería representada como la fuerza femenina. No lo es. La mano derecha es el puño. Es una cuestión de licencia artística el nombrar ciertas cualidades como femeninas. Pero femenino no significa mujer. Para que un ser humano sea completo, las cualidades así descritas deben estar igualmente presentes y armónicamente fundidas con aquellas cualidades designadas como masculinas. Pero este mensaje, aunque válido, es un mero apunte, demasiado escaso y trivial en sus límites... demasiado sencillo para ocupar a un maestro y seguramente insuficiente para inspirarle. ¿Qué es entonces lo que Shi Ke quiere que veamos con tanta determinación? ¿Dónde están las dinámicas del intelecto y la pasión? ¿No es el adormecimiento una expresión de la paz, y la paz una implicación de la armonía? ¿No está ilustrando el Séptimo Día... el Día de Descanso... la culminación del esfuerzo... el éxtasis del dormir? Shi Ke ha representado la trascendencia de los opuestos: el dejar a un lado los perjudiciales juicios de bueno y malo, de hombre y mujer, de eros y logos, de necesidad y satisfacción, de conflicto y reposo; y, en especial, de yo y otro. No hay más Yin y Yang. Las distinciones son obliteradas. El sueño ha vaciado el Círculo. Shi Ke nos ha llevado al Vacío Nirvánco. Este es el estado sin esfuerzo del simplemente Ser... una congelación del pulso, una detención de la Rueda que Gira, y el fin de la alternancia de esfuerzo y reposo. Sunyata. La entropía perfecta. La cálida muerte del Samsara.
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